martes, 7 de septiembre de 2010

Matan a Jesús


¡FÍJATE en la cosa terrible que está pasando! Están matando a Jesús. Cuelga de un madero. Hay clavos metidos en sus manos y pies. ¿Por qué quisiera alguien hacer esto?


Es porque algunas personas lo odian. ¿Sabes tú quiénes son éstas? Una de ellas es el ángel inicuo Satanás el Diablo. Él es quien consiguió que Adán y Eva desobedecieran a Jehová. Y es Satanás quien consiguió que los enemigos de Jesús cometieran este terrible crimen.

Aun antes de fijarlo en el madero, los enemigos de Jesús le hacen cosas crueles. ¿Recuerdas que vinieron al jardín de Getsemaní y se lo llevaron? ¿Quiénes eran estos enemigos? Sí, eran los líderes religiosos. Veamos qué pasa después.

Cuando los líderes religiosos se llevan a Jesús, sus apóstoles huyen. Se asustan, y lo dejan solo con sus enemigos. Pero los apóstoles Pedro y Juan no se van muy lejos. Van siguiendo para ver lo que le pasa a Jesús.

Los sacerdotes llevan a Jesús al viejo Anás, quien había sido sumo sacerdote. La muchedumbre no se queda mucho tiempo aquí. Llevan después a Jesús a la casa de Caifás, quien ahora es el sumo sacerdote. Hay muchos líderes religiosos allí.

Aquí en la casa de Caifás hay un juicio. Traen a unos hombres para que mientan acerca de Jesús. Todos los líderes religiosos dicen: ‘Hay que darle muerte a Jesús.’ Entonces escupen a Jesús en la cara, y le dan puñetazos.

Mientras todo esto pasa, Pedro está afuera en el patio. Es una noche fría, y la gente prende un fuego. Mientras se calientan alrededor del fuego, una sirvienta mira a Pedro y dice: ‘Este hombre también estaba con Jesús.’

‘¡No, yo no estaba con él!’ contesta Pedro.

Tres veces la gente le dice a Pedro que él estaba con Jesús. Pero cada vez Pedro dice que no. La tercera vez que Pedro dice esto, Jesús se vuelve y lo mira. Pedro se siente muy triste por haber mentido, y se va y se echa a llorar.

Al salir el Sol el viernes por la mañana, los sacerdotes llevan a Jesús a su gran lugar de reunión, la sala del Sanedrín. Aquí consideran lo que van a hacer con él. Lo llevan a Poncio Pilato, gobernador del distrito de Judea.

‘Éste es un hombre malo,’ le dicen a Pilato. ‘Hay que matarlo.’ Pilato, después de hacer preguntas a Jesús, dice: ‘Yo no veo que él haya hecho algo malo.’ Entonces Pilato hace que lleven a Jesús a Herodes Antipas, el gobernante de Galilea, quien se halla en Jerusalén. Éste tampoco ve que Jesús haya hecho algo malo, y lo devuelve a Pilato.

Pilato quiere dejar ir a Jesús. Pero los enemigos de Jesús quieren que Pilato deje ir a otro prisionero, a Barrabás el asaltador. Ahora es casi el mediodía cuando Pilato saca a Jesús afuera. Pilato le dice a la gente: ‘¡Miren! ¡Su rey!’ Pero los sacerdotes principales gritan: ‘¡Quítalo! ¡Mátalo!’ Así, Barrabás sale libre, y a Jesús se lo llevan para matarlo.

Temprano en la tarde del viernes lo fijan en un madero. En la lámina no los puedes ver, pero a cada lado de Jesús también ponen a un criminal en un madero para que muera. Poco antes de la muerte de Jesús, uno de los criminales dice: ‘Acuérdate de mí cuando entres en tu reino.’ Y Jesús contesta: ‘Te prometo que estarás conmigo en el Paraíso.’

¡Qué maravillosa promesa! ¿verdad? ¿Sabes de qué paraíso está hablando Jesús? ¿Dónde estaba el paraíso que Dios hizo al principio? Sí, en la Tierra. Y cuando Jesús reine en el cielo, resucitará a este hombre para que goce del nuevo Paraíso en la Tierra. ¿Verdad que eso es muy bueno?

Mateo 26:57-75; 27:1-50; Lucas 22:54-71; 23:1-49; Juan 18:12-40; 19:1-30.

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