martes, 7 de septiembre de 2010
Jesús está vivo
¿SABES quién es la mujer y quiénes son los dos hombres? La mujer es María Magdalena, amiga de Jesús. Y los hombres vestidos de blanco son ángeles. María está mirando dentro de la tumba donde fue puesto el cuerpo de Jesús, ¡pero ahora el cuerpo no está ahí! ¿Quién se lo llevó? Veamos.
Después de la muerte de Jesús, los sacerdotes le dicen a Pilato: ‘Cuando Jesús estaba vivo dijo que sería resucitado después de tres días. Por eso, manda que velen la tumba. ¡Así sus discípulos no podrán robarse el cuerpo y decir que ha sido resucitado!’ Pilato les dice que envíen soldados.
Pero bien temprano el tercer día después de la muerte de Jesús, un ángel de Jehová se presenta de repente. Hace rodar la piedra que cerraba la tumba. Los soldados se asustan tanto que no se pueden mover. ¡Finalmente, cuando miran dentro de la tumba, el cuerpo no está allí! Algunos soldados entran en la ciudad y hablan a los sacerdotes. ¿Sabes lo que hacen los malos sacerdotes? Les pagan para que mientan. ‘Digan que sus discípulos se lo llevaron mientras ustedes dormían,’ les dicen.
Mientras tanto, unas amigas de Jesús visitan la tumba. ¡La ven vacía! De repente, dos ángeles en ropa brillante están allí. ‘¿Por qué buscan a Jesús aquí?’ preguntan. ‘Él ha sido resucitado. Vayan enseguida y díganselo a sus discípulos.’ Ellas corren. Pero en el camino un hombre las detiene. ¡Es Jesús! ‘Vayan y díganselo a mis discípulos,’ dice.
Cuando las mujeres les dicen a los discípulos que Jesús está vivo y que lo han visto, a ellos se les hace difícil creerlo. ¡Pedro y Juan corren a la tumba, pero la tumba está vacía! Cuando ellos se van, María Magdalena se queda atrás. Entonces es que mira adentro y ve a los dos ángeles.
¿Sabes lo que le pasó al cuerpo de Jesús? Dios hizo que desapareciera. Dios no resucitó a Jesús en el cuerpo de carne que tenía. Le dio un nuevo cuerpo de espíritu, como el de los ángeles. Pero para mostrar a los discípulos que está vivo, Jesús puede presentarse en un cuerpo visible.
Mateo 27:62-66; 28:1-15; Lucas 24:1-12; Juan 20:1-12.
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