martes, 7 de septiembre de 2010
Cómo vivir para siempre
SABES lo que esta niñita y sus amigos leen? Sí, este mismo libro que tú estás leyendo... Mi libro de historias bíblicas. Y están leyendo esta misma historia... “Cómo vivir para siempre.”
¿Sabes lo que aprenden? Primero, que hay que aprender acerca de Jehová y su Hijo Jesús para vivir para siempre. La Biblia dice: ‘Este es el camino a la vida eterna. Aprende acerca del único Dios verdadero, y de su Hijo, Jesucristo.’
¿Cómo podemos aprender acerca de Jehová Dios y su Hijo Jesús? Una manera es leyendo Mi libro de historias bíblicas de principio a fin. El libro dice mucho acerca de Jehová y Jesús, ¿verdad? Y dice mucho acerca de las cosas que ellos han hecho y harán. Pero hay que leer otra cosa.
¿Ves el otro libro que está en el suelo? Es la Biblia. Haz que alguien te lea las partes de la Biblia sobre las cuales se basan las historias de este libro. La Biblia nos da la información completa que necesitamos para servir a Jehová de la manera correcta y ganar vida eterna. Por eso debemos tener el hábito de estudiar mucho la Biblia.
Pero el solo aprender acerca de Jehová Dios y Jesucristo no basta. Pudiéramos saber mucho acerca de ellos y lo que enseñan, y todavía no ganar la vida eterna. ¿Sabes qué más se necesita?
También tenemos que vivir en armonía con las cosas que aprendemos. ¿Te acuerdas de Judas Iscariote? Él era uno de los 12 que Jesús escogió como apóstoles. Judas tenía mucho conocimiento acerca de Jehová y Jesús. Pero, ¿qué le pasó? Con el tiempo se hizo egoísta y traicionó a Jesús por 30 piezas de plata. Judas no recibirá vida eterna.
¿Te acuerdas de Guejazi, de quien aprendimos algo en la Historia 69? Él quiso tener ropa y dinero que no eran de él. Mintió para tener estas cosas, y Jehová lo castigó. Nos castigará a nosotros también si no obedecemos sus leyes.
Pero hay muchas buenas personas que siempre sirvieron a Jehová fielmente. Queremos ser como ellas, ¿verdad? El pequeño Samuel es un buen ejemplo. Recuerda, como vimos en la Historia 55, él tenía solo cuatro o cinco años cuando empezó a servir a Jehová en su tabernáculo. Por eso, aunque seas bien joven, no eres demasiado joven para servir a Dios.
Claro, todos queremos seguir a Jesucristo. Hasta cuando niño, como muestra la Historia 87, estaba allí en el templo hablando a otros acerca de su Padre celestial. Sigamos su ejemplo. Hablemos a cuantas personas podamos acerca de nuestro Dios maravilloso, Jehová, y su Hijo, Jesucristo. Si hacemos todo esto, podremos vivir para siempre en el nuevo paraíso de Dios en la Tierra.
Juan 17:3; Salmo 145:1-21.
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